Cada día entrenas buscando superarte, avanzar, mejorar tiempos, conseguir records personales. Te sientes más fuerte, más ágil y consigues realizar ejercicios que jamás habías pensado. Notas los cambios en tu cuerpo y en tu mente. Es entonces cuando la palabra “competición” ya no se ve tan imposible. ¿Por qué no?
Si te lo estás pensando, ponte a prueba. Te dejamos algunos consejos que pueden ayudarte a dar lo mejor de ti.
En el mundo del CrossFit las competiciones son intensas por lo cual, en primer lugar, es esencial tener un programa de entrenamiento diseñado para el evento que se aproxima. Tu plan debe incluir ejercicios específicos para la fecha, junto con entrenamientos de fuerza y resistencia.
Es momento de recargar los músculos de nutrientes que favorezcan el rendimiento y prevenir bajadas de energía. Y no olvides mantener la hidratación al máximo.
También debes incluir tiempo suficiente para recuperarte entre los entrenamientos y descansar. Es de vital importancia dormir bien los días previos para asegurar que nuestro cuerpo está en las mejores condiciones para rendir.
Y recuerda: prevé con tiempo todo lo que puedas necesitar. Haz un listado con el material: ropa, zapatillas, calleras, guantes, comba, rodilleras… y todo aquello extra que necesitarás como el bañador, crema, gorra o gafas para el sol en el caso de competiciones en zona de playa o al aire libre. No lo dejes para el final y asegúrate que está todo en perfecto estado.
Pero, el día previo y el día de la competición, ¿qué debo de hacer?
La mañana anterior puedes dedicar un tiempo a plantear la estrategia a seguir, cómo vas a afrontar determinados ejercicios. Es fundamental planear el ritmo para no descontrolarte al inicio y quemar rápido tus fuerzas. Piensa que en una competición de Crossfit tienes varios WODs por delante y tienes que estar a tope en cada uno.
En cuanto a la alimentación, el día previo lo que queremos es llenar los depósitos de glucógeno muscular para poder tener la energía suficiente durante la competición. Para esto, aumentaremos la ingesta de carbohidratos no integrales en las comidas previas y reduciremos ligeramente proteínas y grasas.
El día de la competición te recomendamos que prestes atención a tu dieta:
No probar nada nuevo (alimentos, barritas, suplementos…) ya que puede sentarnos mal y fastidiar la competición.
Desayunar un par de horas antes de empezar. Podemos introducir tortitas o creps de avena con fruta y crema de frutos secos, gachas de avena con fruta y coco o huevos revueltos con pan y aguacate.
Es normal que sientas nervios o estrés. Cuidado entonces con tomar estimulantes si no solemos consumirlos (como café por ejemplo) ya que pueden aumentar el nerviosismo.
Entre WODS podemos llevarnos algunos snacks como dátiles, puré de fruta y membrillo.
Una vez que termina el día, necesitaremos una buena recuperación. Puede ser nuestra cena habitual o en función de la hora, un batido de proteínas y carbohidratos o yogur skyr con plátano.
Cuando esté todo por comenzar, olvídate de los experimentos y ¡ni se te ocurra estrenar zapatillas! Competir con el material que ya has usado otras veces te evitará sorpresas desagradables.
Recuerda la preparación específica que hiciste y concéntrate. Marca tu propio ritmo y mantén una intensidad más o menos estable. Independientemente de los resultados, no te castigues ni te juzgues. Valora en positivo y sigue hasta el final. Nada está dicho hasta que termina el tiempo, y estando ahí ya has ganado.
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